Objetivo: convertir al hombre en objeto sexual

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A los hombres nos vendría muy bien ser objetos sexuales de las mujeres”. En este programa descubrimos entre muchas otras revelaciones, de la mano del sexólogo clínico Francisco Bou. Y los hombres deberían convertirse en objetos de deseo y materialización del mismo por dos razones principalmente, según el experto: Las mujeres están más capacitadas para llevar las interacciones sexuales, más ordenadas, más sensitivas y porque son el sexo fuerte”. Y “la expresión del hecho es diferente en el hombre, desde la excitación, en la meseta y la llegada al orgasmo”, con un periodo refractario que las mujeres -multiorgásmicas ellas- no padecen.

A todo esto sumamos que los hombres eyaculan en una relación sexual “en el mejor de los casos y tras un tiempo determinado”. Y las mujeres, pueden tener varios orgasmos siendo estimuladas durante el placer de uno de ellos… por tanto, dice Bou: “las mujeres son muy poderosas”.

Y con este empoderamiento latente en la conversación de hoy, seguimos tumbando mitos sobre el tamaño del pene, la generación de placer, los roles en el sexo, los complejos y la necesidad de psicoeducarnos. Las percepciones y las expectativas respecto al placer que dar y sentir, a gustar y ser queridos derivan en frustraciones, vicios y sufrimiento en infinidad de ocasiones y, además, muchas de ellas ni nos damos cuenta los propios protagonistas.

Más cosas: el sexo es evolutivo, cambia con la persona y con el tiempo. Y aunque nuestro cerebro se ha educado, se ha “culturizado”, todavía existe una parte ancestral y prehistórica que actúa inconscientemente a la hora de sentir atracción y excitación.

Hablamos también de empatía en el sexo, que no es ponerse en lugar del otro, sino tener la capacidad de sentir lo que el otro siente y potenciarlo, llevarle hacia donde necesita ir. Descubrimos que las manos pueden ser la clave del placer, por delante del pene, y que el placer en sí mismo no lo proporciona nadie a otro, sino que existe per sé. Y en el sexo no existe la infidelidad, sí en las relaciones sentimentales y en todo caso dependerá de una negociación y renegociación que no hay que abandonar nunca…

¡Escuchen la vida, piensen en sexo y, sobre todo, por favor, practíquenlo!

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